Las palabras agresión, acoso y violencia están presentes hoy en día en el mismo deporte. Desgraciadamente nos ha tocado tener que convivir con ello a la hora de practicar un deporte.
Para cambiar esta situación, se deben enseñar buenos valores (respeto, humildad, solidaridad, empatía…) desde la infancia tanto en los centros educativos como en casa y dejar clara la intolerancia a estas situaciones, ya que no sólo afecta a nivel deportivo, sino también a nivel social y personal. Además, también hacer ver que el deporte es una actividad que se realiza por el bienestar, tanto físicamente como mentalmente y no como un método de desahogo en el que mostrar violencia.
Una opción para intentar acabar la violencia en el deporte, como he mencionado antes, se deben enseñar buenos valores en centros educativos. Se podría desarrollar una asignatura para cursos tempranos (primaria) en la que enseñen la importancia de los buenos valores, pero no sólo eso, sino también relacionándolo con el mundo del deporte.
En cuanto a las palabras de George Orwell “El deporte formal no tiene nada que ver con el juego limpio. Está vinculado al odio, la envidia, la fanfarronería, indiferencia hacia todas las reglas y un placer sádico en la observación de la violencia. En otras palabras, es la guerra sin tiros” estoy de acuerdo con él. Hoy en día, al observar cualquier deporte en la gran mayoría de casos se ven dichas situaciones como de fanfarronería o placer sádico en la observación de la violencia. Además, no sólo se puede ver en los terrenos de juego, sino que tanto afición como staff deportivo también deja dichas acciones.
A mi parecer, el machismo es la forma de violencia que más me impacta. En gran cantidad de deportes no está bien vista la participación de mujeres, provocando que muchas de ellas, no lo practiquen por miedo, ya que reciben insultos, amenazas… No veo razón por la que por sólo por ser de distinto género las mujeres no tengan libertad de realizar aquello que les gusta. Pienso que desde hace siglos, muchos hombres consideran que son superiores a la mujer porque, por naturaleza, el físico del hombre es más fuerte pero esto no implica que la mujer no pueda realizar acciones físicas.
Para cambiar esta situación, se deben enseñar buenos valores (respeto, humildad, solidaridad, empatía…) desde la infancia tanto en los centros educativos como en casa y dejar clara la intolerancia a estas situaciones, ya que no sólo afecta a nivel deportivo, sino también a nivel social y personal. Además, también hacer ver que el deporte es una actividad que se realiza por el bienestar, tanto físicamente como mentalmente y no como un método de desahogo en el que mostrar violencia.
Una opción para intentar acabar la violencia en el deporte, como he mencionado antes, se deben enseñar buenos valores en centros educativos. Se podría desarrollar una asignatura para cursos tempranos (primaria) en la que enseñen la importancia de los buenos valores, pero no sólo eso, sino también relacionándolo con el mundo del deporte.
En cuanto a las palabras de George Orwell “El deporte formal no tiene nada que ver con el juego limpio. Está vinculado al odio, la envidia, la fanfarronería, indiferencia hacia todas las reglas y un placer sádico en la observación de la violencia. En otras palabras, es la guerra sin tiros” estoy de acuerdo con él. Hoy en día, al observar cualquier deporte en la gran mayoría de casos se ven dichas situaciones como de fanfarronería o placer sádico en la observación de la violencia. Además, no sólo se puede ver en los terrenos de juego, sino que tanto afición como staff deportivo también deja dichas acciones.
A mi parecer, el machismo es la forma de violencia que más me impacta. En gran cantidad de deportes no está bien vista la participación de mujeres, provocando que muchas de ellas, no lo practiquen por miedo, ya que reciben insultos, amenazas… No veo razón por la que por sólo por ser de distinto género las mujeres no tengan libertad de realizar aquello que les gusta. Pienso que desde hace siglos, muchos hombres consideran que son superiores a la mujer porque, por naturaleza, el físico del hombre es más fuerte pero esto no implica que la mujer no pueda realizar acciones físicas.
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